LOS egiptólogos viven aterrados por la supuesta maldición de los faraones que sentencia a muerte a todos aquellos que osan profanar las tumbas. Por el País Vasco la situación no es tan peliaguda, pero tampoco es una broma. De hecho, al exdirector del yacimiento arqueológico alavés de Iruña-Veleia le pueden caer de un momento a otro cinco años de cárcel. Y todo porque falsificó unos grafitos escritos en cerámicas para adelantar al siglo III la aparición del euskera. Ya hay quien propone que se le condene a prisión permanente revisable por falsificar la esencia de la cultura vasca. A ver si su RH negativo es positivo...