Escribo este artículo a miles de kilómetros de nuestra comarca, en donde el deporte de base me lleva una vez más a la Ciudad Condal. Una ciudad que corre desde primeras horas de la mañana, su bullicio te hace vivir de otra manera distinta, al igual que su clima que te hace la estancia más agradable y confortable, dejando atrás los abrigos y las bufandas y sobretodo el paraguas.
Me trae el waterpolo, uno de los deportes minoritarios y con menos ayudas dentro del territorio Gallego y con muy pocos seguidores. Sólo los que estamos inmersos en ese mundo, sabemos de todo el sacrificio personal y económico que supone.
Estos días me alojo en quinta planta de una de las mejores residencias deportivas, la Joaquim Blume, una residencia que está ahora de Aniversario, 25 años desde su fundación, y que sigue siendo un referente en todo el mundo para deportistas. De aquí salieron los Aguado, Estiarte, Mengual,..Y un sinfín de nombres que llevaron y llevan a este país a lo más laureado en los distintos campeonatos y modalidades.
Aquí conviven desde jugadores de fútbol del Barcelona, corredores de moto Gp2, waterpolistas, baloncesto, voleivol… y un largo etcétera donde comparten amistad, triunfos, derrotas, la otra familia que les aporta el deporte y que les hace sus días mucho más agradable, después de horas milimétricamente organizadas para aprovechar el día al cien por cien.
Galicia, está a años luz en lo relacionado a esto, y desde aquí quiero hacer una crítica constructiva. No sólo el deporte es fútbol, ni todo el deporte se concentra en unas olimpiadas ni en los campeonatos del mundo. Si queremos que nuestros equipos y nuestros deportistas sean referente para el de base, hay que ayudarles, aquí no se trata de becar sólo a los de Río, y que un gobierno no tenga más medios ni maneras.
Estamos a años luz de entender esa forma de vida, de nada sirve que después de que te conviertas en un gran laureado te abran las puertas de todos los organismos, porque esta gente no se olvida de todos los sufrimientos vividos, eso sí, la madurez que adquieren es impresionante y a pasos agigantados.
El deporte no es política, y por eso quizás es lo más olvidado, pero desde aquí les digo que también es cultura , ah, y que una botella de agua ni una manzana, no se le niega a nadie, y menos a unos 300 niños que iban a estar compitiendo todo el día en una competición provincial. Y hasta aquí puedo escribir!!