EL campo de fútbol de A Lama, en el municipio lucense de Escairón, no es el hipódromo de Ascott. Entre el público no abundan los tocados estrafalarios, sino las puchas; y no compiten caballos sino burros. Un chaval de Bilbao, de 12 años, cuatro más que su montura, se llevó el triunfo en la carrera de este año, que suponía la edición número 65 de la prueba. Tal vez haya llegado el momento de montar un rodeo con vacas rubias gallegas.