Los nuevos políticos, de los viejos y nuevos partidos, nos prometieron hasta que metieron a sus familiares en la vieja endogamia del régimen corrupto, que supuestamente iban a regenerar. Parece evidente que el liderazgo alcanzado, con métodos poco democráticos dentro de cada partido, no tienen los filtros adecuados para detectar talento compatible con ética, imprescindible para ser líderes de los ciudadanos.
Antes de tomar vacaciones, el actual líder gobernante, solamente con pocos meses de empleo en la empresa constitucional, se despidió de los ciudadanos con una larga rueda de prensa que pretendía, según él, explicarnos los trabajos realizados por su gobierno, pero en realidad volvió a dar un mitin de campaña, con los mismos deseos y promesas electoralistas de siempre. Claro que, con este viciado régimen parlamentario, ya es conocido por el pueblo soberano, que ellos se lo guisan y ellos se lo comen (deciden sus sueldos, sus vacaciones y el reparto de los puestos institucionales), mientras tanto, los ciudadanos contribuyentes no están, ni se les espera, hasta las siguientes elecciones. Y mientras, de lo nuestro ¿qué?
La meritocracia, otorgada con los titulitos académicos oficiales, no es una garantía suficiente para seleccionar adecuadamente a líderes de los ciudadanos en los partidos políticos. Si de títulos se trata, los más grandes de España, los más antiguos y los más reales y aristocráticos, los tienen sin duda los Duques de Alba, pero estos, al igual que la mayoría de los políticos, hace tiempo que no dan palo al agua, ni van ya a las guerras a ganar territorios y botines. Ahora, se puede alcanzar el grado de Máster, por el hecho de pagar una matrícula. Solía decir CJ de Cela, que la experiencia no se hereda, y se puede añadir: ni se puede comprar. Cada cual la adquiere con el paso de los años en el ejercicio de su oficio o profesión personal.
Tal vez, en el caso del oficio o profesión de político, solamente hay que estar complaciente en la sala de espera del partido, hasta que queda una vacante y, sin duda, para ocuparla por el más adecuado a criterio del jefe de turno, obteniendo todos los beneficios de sueldo, gratificaciones y jubilación, muy bien establecidos por el modelo bipartidista en estos últimos cuarenta años. Y mientras, de lo nuestro ¿qué?
La última crisis financiera global, la del capitalismo neoliberal, originada por el salvaje modelo de una incontrolada avaricia especulativa, que viene preparando la eliminación de la equilibrante clase media de nuestra sociedad del bienestar, a sustituir en breve por la revolución tecnológica 4.0, la de la robótica con humanoides, ya mucho mejor preparados que la propia especie humana de todos los tiempos. Este presente y futuro, por una parte con unos pocos super ricos, tipo Jeff Bezos, Billy Gates, Mark Zuckerberg, Amancio Ortega…, y por otra, unos empobrecidos ya innecesarios sobrevivientes de la última sociedad humana, aniquilada por la avaricia de los super dioses de esta Era Digital. Y mientras, de lo nuestro ¿qué?
Otra evidencia consecuente, que no interesa a los dueños de la cuarta revolución tecnológica, es significar a eficientes políticos que puedan lideren con humanismo a nuestra sociedad para otro futuro mejor. Podrían resultar, esos buenos líderes humanistas, un estorbo para alcanzar sus fines economicistas, y evitar despidos masivos de personal, sustituyendo el trabajo personal con el uso de programas de aplicaciones informáticas que, han de manejar los usuarios sin ser remunerados y, en ocasiones, con el agravio de tener que pagar servicios a estas entidades. Y mientras, de lo nuestro ¿qué?
No ha importado, durante estos últimos cuarenta años, prejubilar a miles de trabajadores que pasaron a engrosar las clases pasivas de nuestro estado, resultando una carga económica poco sostenible, y desperdiciar la capacidad de estos verdaderos maestros (Master), sin la posibilidad de contribuir legalmente de alguna forma en la productividad de otros campos o sectores, justificando su fecha de caducidad por inconfesables causas, en muchos casos con la complicidad de sus sindicatos Y mientras, de lo nuestro ¿qué?
Quizá en los debates actuales, interese continuar con temas ajenos a la ciudadanía, cayendo en la trampa de ya viejos intereses creados, con cortinas de humo sistemáticas y, ocupar los principales espacios mediáticos, para establecer quién tiene más corruptos en su partido o titulitos regalados. Entretanto, las leyes no se actualizan, y se responsabiliza a los jueces por unas sentencias que se enredan con palabras que pudieron tener vigencia hace siglos, pero que no responden a la dinámica social actual. Tal vez, nuestro sistema parlamentario hace de todo, menos legislar adecuadamente, al estar nuestros diputados muy ocupados en sus cosas personales, eso sí, marcando diferentes derechos para los ciudadanos con fronteras autonómicas del mismo estado, conforme a esos otros intereses de su política partidista. Y mientras, de lo nuestro ¿qué?