El juez lleva la felicidad a los vendedores del mercado de A Pedra

LA primera gran redada en el mercado vigués de A Pedra fue, para algunos, poco menos que un holocausto nuclear. Desde entonces han transcurrido siete años, un tiempo axeitado para que el juez encargado del caso tomase una decisión y eso ha hecho, imponiendo una multa de 1.080 euros a cada uno de los tres comerciantes condenados por vender ropa falsificada. Los chinos ya deben estar de frotándose las manos, porque por muchos productos de palo que les pillen en sus tiendas –están llenas–, las sanciones no les supondrán el menor quebranto económico.

El juez lleva la felicidad a los vendedores del mercado de A Pedra

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