BONITO

En la rueda de prensa posterior al debate de investidura, Antonio Hernández, PSOE, dijo aquello de que  “Pablo Iglesias insultó a los españoles con la alusión al GAL y a la cal”, aludiendo a Felipe González. A modo, neno; yo no me siento insultada por semejante traída a cuento por parte del teatrero Iglesias. Al contrario, me siento insultada por la vidorra que se pega “Isidoro” a costa de las maniobras efectuadas en beneficio económico personal dejando en precario al pueblo español, al que engañó, utilizándonos, para obtener sus propósitos.
No; no me siento insultada porque Iglesias rememorase pasajes oscuros sobre los que se asienta la gestión del gobierno González, por más que pudiera defender los motivos del caleo, que ya no recuerdo con nitidez. Me insulta bastante más los patéticos argumentos socialistas para no perder el pesebre.
Pepe Oneto calificó como brillante ese discurso de Pablo, mas sorprendido se preguntaba “qué necesidad tenía de sacar el GAL y la cal si pretende luego seguir con la mano tendida”. ¡Pues precisamente, Oneto! Podría pretender forzar al PSOE a que se higienice y deje los muñecos sobados ya cheirentos en el banquillo, permitiendo aflorar gente preparada, profesional, que entienda de lo suyo para los nuevos tiempos que se avecinan porque, haberla, hayla.
Por ilustrar esto con ejemplo cercano: mientras el pasado día 10 se llenaban las calles con las manifestaciones al uso, participadas con los políticos y políticas habituales en la foto, en Herrerías no se cabía; lleno total, incluido el rector de la Universidad, preocupado por poner a la UDC en la orientación correcta para no quedar atrás. Aforo completo para escuchar a Recamán explicando por dónde está yendo ya la industria naval (Astilleros 4.0, se titulaba) y la cuarta revolución industrial.
Mientras estas son las cosas que preocupan a quienes tienen la responsabilidad de generar trabajo y beneficios (sin pretender desdibujar que este tren lo perdió Navantia por su elefantiasis e inoperancia implantada en la compañía gracias a los cooperadores necesarios y ahora están con la soga al cuello…), resulta asombroso oír a Manuela Carmena sugerir a Podemos “que vote a Pedro Sánchez porque sería bonito…”
Pero, ¡cómo va a ser “bonito”, Manuela, permitir que gobierne quienes se han llenado los bolsillos porque en España robar nunca fue pecado ni estuvo mal visto! Va en los genes de la gente. “La ocasión hace al ladrón”, dijo Don Quijote. Siempre fue de empresario inteligente. Y no lo es menos quien alegue por alegar que es demócrata y ético de toda la vida, para arrogarse “ser el conveniente para gobernar” Sí, hombre.. “Por el bien de España”, dijo la Cospedal. “Por el bien de tu alma”, amedrentaba una estafadora Iglesia para colocarte a buen precio unas cuantas indulgencias.
¿Representan un gobierno de progreso quienes firmaron jubilación a los 48 años (Endesa), bien negociado con los cooperadores necesarios antes aludidos que ahora reclaman no sé qué por las calles? Por razón de edad, señores; ni siquiera por razón de incompetencia irresoluble.
¿Representan un gobierno de progreso quienes quieren basar la recuperación subiendo impuestos? Pero a quién, chaval; de dónde lo vas a sacar. Pon los pies en el suelo: acuérdate, sin ir más lejos, que quien está en el paro o subsidiado no puede pintar la fachada de su casa porque, encima, si la pinta, le cascan un incremento catastral vergonzoso. ¿Cómo diantres la va a pintar? Mejor, dejarla como Ferrol Vello, que se caiga…
¿Representa un gobierno de progreso quien en lugar de destinar fondos para aquello que revierta en beneficios económicos para el país (para tener luego qué repartir…), lo hace en arbitrar cheques-bebé y similares, con la única intención de comprar votos? ¿Es así como se hace prosperar una nación, ignorando la experiencia, ignorando la investigación, con dogma, demagogia, jugando hasta agotarla con la pólvora del Rey y la resonancia de muchos medios de comunicación apesebrados también por esos mismos líderes y partidos? Bonito, bonitísimo, Manuela. Qué chasco, mujer.
Herrerías no es el Carballo Calero, auditorio en el que la presencia de cualquiera de los indirectamente referidos hubiese dejado pequeño, ya, y la Esteban hubiese reventado A Malata, ¿verdad? Pero aún así, su salón de actos se llenó para escuchar lo que aprendió Recamán como causas de nuestro mal en lo que a industria (naval) se refiere. Sólo estaban los que estaban y así nos va de bonito.
 

BONITO

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