españa es el país de la Unión Europea donde más caro sale despedir. Podría pensarse que es una manera de defender a los empleados frente a empresarios despiadados del estilo del Señor Scrooge de Dickens. Pero los analistas consideran que la medida tiene más que ver con los millones de euros en prestaciones sociales que se ahorra el Estado al conseguir que las empresas se queden con los trabajadores que en realidad no quieren para evitar hacer frente al pago del despido. Y de paso, las estadísticas del paro no aumentan tanto como podrían y hasta parece que la economía va bien. Todo son ventajas. El plan lleva años funcionando, pero no es infalible. Porque si en algo somos especialistas los españoles es en sortear normas. Así que afloran los contratos por obra, los temporales y cuanta fórmula sirva para evitar los indefinidos. Y los únicos que no ganan son, qué raro, los empleados.