Golpetazo de una cabeza en forma

Toda la vida de Dios fue Quique, pero ahora en plena madurez es Enrique, Enrique San Francisco. Su vida fue muy agitada, con paseos –largos y pausados– por muchos parajes oscuros, pero siempre supo volver y sin necesidad de haber tirado miguitas previamente. Es lo que suele pasar cuando se tiene buen coco y, por lo que se ve, a sus sesentaitantos lo conserva en perfecto estado; razona de maravilla. Acaba de demostrarlo en una entrevista televisiva en la que afirmó: “El ansia de poder de este muchacho (por Pedro Sánchez) no tiene límites. Es una cosa impresionante”. No lo va a tener fácil para que lo inviten a cenar a la Moncloa.

Golpetazo de una cabeza en forma

Te puede interesar