Toda la culpa es de los empresarios

SI la Confederación de Empresarios de Galicia no estuviese como está, ya tendría que haber convocado unos premios para reconocer el emprendimiento nupcial do país. Si hace unas semanas una cosechadora bombardeó con confeti mezclado con maíz machado a los novios y a los asistentes a una boda en O Pino, ahora unos sopladores de hojas adaptados lanzaron una lluvia de arroz en un enlace en la parroquia lucense de San Juan de Pena. Hay o no creatividad na terra. Pues, hala, a elegir de una vez a un presidente para la patronal enxebre, que ya va siendo hora. FOTO: la cosechadora nupcial de o pino | aec

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