ESTRELLA

Se llama Estrella y nada más nacer brillaba ante las cámaras en un hospital de Sevilla. Su madre la sostenía orgullosa, emocionada. Agradecida. Tenía en los brazos a una salvadora.

Con ella no llegó una vida, llegaron dos. La segunda es la que le va a regalar a su hermano Antonio, condenado por una enfermedad casi incurable. La aplasia medular severa, que causa la desaparición de las células encargadas de la producción de la sangre en la médula ósea.

A sus cinco años, Antonio se somete cada semana a transfusiones y su única posibilidad es un trasplante que las células del cordón umbilical de Estrella harán posible.

Ella es mucho más que un bebé medicamento. Es una hija deseada, adorada. Una alegría. Y un ser especial, con el don de dar la vida

Ciencia que parece magia. Casi milagrosa. Selección genética que cura. La esperanza en un laboratorio, en manos de expertos que semejan ilusionistas, haciendo real lo que creíamos imposible.

La pequeña es el segundo bebé en España que suma a la alegría de venir al mundo la promesa de un futuro mejor para su hermano. Lo inimaginable será cotidiano algún día gracias a una medicina que avanza a tanta velocidad como nosotros le permitimos.

Estrella y Antonio no se parecen: ella, morena; él, rubio de ojos azules. Pero comparten un perfil genético idéntico que permite al mayor de los hermanos imaginar una infancia normal. Jugar en un parque, dar patadas a un balón o sentarse en un pupitre de colegio junto a sus compañeros. Volver a casa con las rodillas raspadas o darse un golpe como cualquier niño sin temor a que sea fatal. Olvidar que hubo un tiempo en el que estuvo enfermo.

No hay nada que no se haga por un hijo. Ante la angustia de perderlo, los padres removerán cielo y tierra para hallar una solución. Más allá de lo racional, si es necesario. Confiando en lo nunca pensado, en lo desconocido, en lo que parece ciencia ficción. Porque no hay límite.

Y la búsqueda durará mientras exista una mínima posibilidad. Los afortunados encontrarán una luz, como la que irradia Estrella.

Ella es mucho más que un bebé medicamento. Es una hija deseada, adorada. Una alegría. Y un ser especial, con el don de dar la vida. Cuando todo acabe y camine por la calle de la mano de Antonio será una hermana.

Nada más. Y nada menos. Quizá encuentre los periódicos con la noticia de su nacimiento y pregunte por qué una vez fue famosa. Quizá sus padres le hablen por las noches de la historia de una niña extraordinaria como un cuento con final feliz. Quizá algún día le expliquen que su nombre representa lo que es para su familia.

La madre de Estrella y Antonio sueña con una fotografía de los cuatro de vacaciones, si todo sale bien, dentro de un año. Sus sonrisas serán la muestra del triunfo.

ESTRELLA

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