LA psicomotriz Claudia Delso sigue emborronando su hoja de servicios. ¡Qué afán de superación tiene! El escaño ciudadano tuvo una vida efímera pues daba mucho chollo, ya que había que filtrar bien a los aspirantes para que no se colase un crítico; el Dillo ti es una fábrica de producir desencantados con la Marea, nasía pa’ganá; el mapa de la redistribución de la ciudad parece la reedición de la “Antología del disparate”; los presupuestos participativos... se reunió con asociaciones de vecinos para explicarles las novedades de este año y, después de soltarles una chapa de más de una hora, les dio la sorpresa: Hala, niños, ahora vamos a hacer un examen que durará 40 minutos. Los niños recogieron los libros, los metieron en la cartera y se fueron. Vaya, una concejala que fomenta el absentismo escolar.