que el Partido Popular es demócrata, lo definen sus actos contra quien denuncia su corrupción. Ya sea el profesor Salvador Perelló Oliver, afiliado al PSOE y profesor de la URJC que sacó los papeles de Cifuentes, al que tratan de perjudicar como puedan, o al afiliado al PP y exconcejal de Móstoles, Jesús Sánchez Ibáñez, al que defenestraron por chivar la Púnica a Cifuentes, que no hizo nada, y plantar una denuncia. Ahora, que Cifuentes sacó papeles traspapelados del cajón, y cantó “posibles irregularidades” en la gestión de Aguirre sobre la Ciudad de la Justicia, veremos que hace Mariano con Cifuentes. Y con Aguirre, que también sabe lo suyo del PP y puede cantar lo que crea oportuno si tiene que declarar. Y es que el Partido Popular, honrado hasta las ingles como es sabido, ataca a los “cantores” como si fueran aquel contubernio judeomasónico del que hablaba Franco, pero olvida que quien conoce un delito y no lo denuncia, se hace cómplice de él. Aplíquese el cuento, querido Mariano.