A falta de horas para el final de la campaña electoral, las cartas de todos ya están sobre la mesa. El PP pide el voto para acabar lo que hemos comenzado, para vencer definitivamente a la crisis, y consolidar la recuperación económica y la creación de empleo, y mientras, el resto e partidos – PSOE, Podemos y C`s – lo piden para vencer al Partido Popular y frustrar todo lo alcanzado en estos cuatro años. Es lo que les une. Es el denominador común de tres formaciones que carecen de proyecto de país, y a los que solo mueve su animadversión al PP. Y por ello están dispuestos a todo. A buscar cualquier aritmética posible para alcanzar el gobierno, aun perdiendo las elecciones. Y es verdad que todavía queda mucho para curar la herida abierta por una crisis tan larga y profunda como está, pero es igualmente innegable que hoy España está mejor que en 2011, y que hoy en nuestro país hay crecimiento económico, nace nuevo tejido productivo y se crea empleo. Se han creado un millón de empleos entre 2014 y 2015, pero es evidente que queda un largo trecho todavía para recuperar los tres millones doscientos mil puestos de trabajo destruidos en la era socialista. Ese es el reto de la próxima legislatura, crear otros dos millones de puestos de trabajo y alcanzar los 20 millones de cotizantes a la Seguridad Social. Sólo así España será un país viable y cohesionado socialmente, un país con servicios públicos garantizados, y que es capaz de ofrecer oportunidades a los más jóvenes. Por eso molesta tanto escuchar a los que negaron la crisis, negar ahora la recuperación. Dicen también que fuimos intervenidos, en una ceremonia de la confusión interesada y lamentable. Intervenida fue Grecia, Irlanda o Portugal, donde se despidió a 30.000 funcionarios, se aumentó la jornada de los empleados públicos de 35 a 40 horas semanales, se redujeron los salarios entre un 20%%, se bajaron las pensiones entre un 14 y un 20% y se estableció el pago por ir al médico y a los servicios de urgencias entre 20 y 50 euros por consulta. España, mal que le pese a Pedro Sánchez, no fue rescatada. España es un gran país que tiene un gran futuro, si seguimos avanzando en la misma dirección. Si volvemos atrás, el fantasma de la crisis, del desempleo y la miseria volverá a acechar a un país que se levanta ya para dejar atrás tiempos que no queremos que se repitan.