A Kunta Kinte le costó la amputación de un pie su empeño en mantener su nombre, que el dueño de la plantación donde estaba esclavizado quería cambiar por el de Toby. Sin duda, una repugnante muestra de la brutalidad. Inspirados en ese salvajismo, los podemitas exigen que España pida perdón por los crímenes colonialistas y aprueba un sistema para que los descendientes de los esclavos puedan sustituir los nombres que se les impusieron. La diputada Rita Bosaho, de origen ecuatoguineano, es la cabeza visible de la propuesta, que si sale adelante resolverá un problema que tenía en un sinvivir a millones de españoles.