La Justicia es ciega

La cultura clásica representa a la Diosa Iustitia, la Diosa de la Justicia, como una mujer, con los ojos vendados, sosteniendo en una de sus manos una balanza, y una espada de dos filos en la otra. La venda representa la imparcialidad de la justicia, que la justicia es igual para todos, y que no distingue la condición de las personas a la hora de impartirla. 
En estos días, la venda de la diosa justicia volvió a ser noticia, gracias al empeño personal de Gabriel Pérez Castellanos, un invidente vallisoletano que promovió una iniciativa para conseguir que el Consejo General del Poder Judicial aceptase la entrada de personas ciegas en la carrera judicial. El pasado martes, el CGPJ se pronunciaba de forma unánime a favor de la propuesta, aceptándola. Ahora resta promover cambios legislativos concretos, suprimir un artículo de la Ley del Poder Judicial, para permitir a las personas invidentes acceder a dichas responsabilidades. 
Con su empeño y determinación, este reciente licenciado en Derecho ha logrado vencer una barrera más, de las muchas que aún quedan en nuestra sociedad hacia las personas que tienen algún tipo de discapacidad. El suyo es un logro personal del que se beneficiarán todos los invidentes que junto a él, y detrás de él, quieran acceder a la carrera judicial. 
Es un logro que nos debe llevar a todos a la reflexión. Porque nuestra sociedad mantiene barreras que muchos creíamos completamente superadas, pero que permanecen ahí, a la espera de que alguien con determinación las derribe. Porque esas barreras no caen nunca por si solas, sino por el esfuerzo individual y colectivo de quienes se lo proponen firmemente. 
En esto no vale la buena voluntad. Esas barreras que limitan la vida de las personas con discapacidad solo se derriban con la determinación de hacerlo. Y Gabriel Pérez Castellanos la ha tenido, junto a las más de 100.000 personas que le han apoyado en la plataforma Change.org . Estoy seguro de que, con la misma determinación con la que Gabriel ha sido capaz de vencer esta barrera, ahora será capaz de superar el proceso selectivo que le dé acceso a ese, su sueño, de llegar a ser un día juez e impartir justicia. Justicia ciega.

 

La Justicia es ciega

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