ALBERT Rivera, el político antes conocido como Adolfo Suárez, se levanta cada mañana con la idea de que es el Día Mundial del Abrazo. Mientras desayuna los chocokrispis se reafirma en esa idea y al salir a la calle empieza a repartir apertas. Habitualmente lo hace con cariño, pero a veces se le escapa un abrazo del oso. Que se lo digan a Pablo Casado, que el miércoles intentó vacilarlo ofreciéndole ser el ministro de Exteriores de su gobierno. Rivera contraatacó de inmediato y afirmó que él reservaría el Ministerio de Universidades para el pepero jefe. A ver si ambos conservan el buen humor después del 28-A. FOTO: rivera señala a casado, aunque no sea de buena educación | efe