uando era niño mi abuela materna me recordaba todas las noches que rezase pensando en las cuatro esquinas de mi cama. Era una forma muy particular que entonábamo s de corrido todos los de mi generación para que esos angelitos nos guiasen en el sueño nocturno y que los miedos a la obscuridad no se apoderasen de nosotros.
Utilizo este símil para comentar las cuatro esquinas que debemos tener en cuenta cuando dentro de tres días vayamos a depositar nuestro voto en el colegio electoral.
Son cuatro esquinas, comentadas de forma eufemística, reales y verdaderas: la mascarilla, el DNI, la papeleta de la fuerza política que consideremos oportuna o la que va en blanco, y el gel hidroalcohólico. Y yo por mi cuenta añado una quinta esquina: el virus.
Este último no lo llevaremos con nosotros, pero es un potencial enemigo a la hora de emitir el voto, sobre todo de las personas de más edad por el riesgo que conlleva poder contraer la enfermedad infecciosa que nos pueda dañar el sistema respiratorio.
De entre mis esquinas una de ellas, por su significado e importancia, fue objeto de estudio y debate por parte de la Junta Electoral.
Se debatió sobre si los que fueron diagnosticados con el coronavirus en A Mariña Lucense podían ir a votar el próximo domingo.
La resolución fue tajante: pueden emitir su voto aunque sean portadores del virus, tener sintomatología leve, o disponer de una PCR positiva siendo asintomáticos. En cuanto a los positivos confirmados la postura es que no vayan a votar.
La medida me parece oportuna y, según dicen los especialistas en este tipo de derecho, ajustada a la legalidad. De todos modos, esta quinta esquina producirá, seguramente, recelo en muchas personas. En los propios integrantes de las mesas electorales o en los que como ciudadanos vayan a ejercer su derecho al voto.
Me queda una pregunta en el aire: ¿Cómo se sabe la positividad del votante…? Un votante que tiene derecho a su confidencialidad a todos los niveles.
Quedan aún dos largos días para que los responsables políticos de la puesta en marcha del proceso electoral piensen en soluciones que satisfagan a todos. Las otras cuatro esquinas las tenemos más que asumidas los que nos acerquemos a los colegios electorales.