arecen todos jugadores de poker. Me refiero a nuestros dirigentes políticos. Lo que está en juego es nada menos que la gobernabilidad de nuestro país, desde los ayuntamientos al Gobierno de la nación, pero lo que de verdad los líderes se juegan es, algunos su futuro personal, otros la consolidación de sus partidos, los demás allá el mantener el status quo.
Así que en esta partida, me parece a mi, algunos juegan de farol. Y es que cuesta creer que como ha advertido José Luis Ábalos puedan repetirse las elecciones si no se facilita la investidura de Pedro Sánchez.
Si eso sucediera es evidente que los ciudadanos tomaríamos nota. Y es que resultaría imperdonable que los dirigentes políticos sean capaces de provocar la convocatoria de otras elecciones, con lo que eso supone de coste, simplemente porque no tienen altura política para buscar acuerdos que permitan que arranque la legislatura.
Lo que no sé es si Pablo Iglesias va o no de farol cuando asegura que sin pacto de Gobierno los diputados de Podemos no votarán la investidura de Pedro Sánchez. Si Iglesias mantiene su palabra, es decir, si no él y otros miembros de Podemos no entran en el Gobierno y, por tanto, no facilitan la investidura de Sánchez. Será difícil que puedan explicárselo a sus propios votantes.
En lo que sí tiene razón Iglesias es en que Sánchez y el PSOE tienen una deuda con Podemos. Porque fue Pablo Iglesias el gran muñidor de la moción de censura contra Mariano Rajoy, por tanto, fueron los podemitas los que con sus tejemanjes hicieron presidente a Pedro Sánchez, que tan solo contaba con 84 escaños.
Pero en política no hay amigos sino compañeros de viaje. Eso Iglesias lo sabe mejor que nadie, puesto que su base ideológica es el comunismo.
En el campo de la derecha sucede otro tanto de lo mismo. Los dirigentes de Vox se niegan a interpretar el papel de invitados de piedra y exigen que PP y Ciudadanos les sientan en la mesa del reparto.
Pero en Ciudadanos juegan al sí es no, aunque todos saben que terminarán dando el sí. Pero mientras tanto desde el partido naranja se asegura que ellos con Vox nadada de nada, y desde el partido de Santiago Abascal se responde que si no les tratan como a iguales entonces tanto les dará que siga gobernando, pongamos que Madrid, Manuela Carmena.
Hay mucho “farolero” suelto. Veremos en que queda esta partida.