las instituciones, entidades y ONGs que trabajan en el campo de lo social, como es el caso de Cáritas, con la que me encuentro ligado desde hace muchos años, están llevando el peso más importante y duro en estos tiempos en los que los más vulnerables, los excluidos, lo están pasando tan mal. Los voluntarios de estos colectivos ayudan a cambio de nada, tan solo del amor que se destila hacia los empobrecidos de la sociedad, rompen moldes y sacan fuerzas de flaqueza para intentar ayudar a todos los que llaman a sus puertas, que en verdad se cuentan por muchos miles en toda España. Es un trabajo encomiable en el que dejan lo mejor de cada uno de ellos en beneficio de los que en estos momentos, motivado por la tremenda pandemia, carecen de los más mínimo, y en ese mínimo se incluye la comida para alimentarse.
Cáritas, que está formada por más de 80.000 voluntarios y más de 5.000 técnicos, que se integran en las 70 Cáritas Diocesanas, ha llegado al Congreso de los Diputados con la voz de su secretaria general Natalia Peiro. Durante su intervención dejó sobre la mesa de los legisladores del Estado un paquete de medidas urgentes que sirvan para sentar las bases de un sistema que garantice los derechos de las personas más vulnerables tras el impacto del coronavirus. Son las peticiones de la entidad eclesial que están recogidas en el documento “Análisis y Propuestas de Cáritas para la (re)construcción”, y que hacen referencia a seis temas concretos: garantías de derechos; empleo de hogar; vivienda; ingresos mínimos; personas migrantes, y prostitución y trata.
La experiencia acumulada en los últimos meses por parte de Cáritas señala que las personas más frágiles han visto como de manera rápida e intensa han empeorado sus condiciones de vida, y cómo en la mayoría de los casos se han hundido al perder el empleo y los exiguos ingresos que percibían.
Es un tema que nos concierne a todos y no solo a los colectivos que trabajan en el campo de lo social. Y entre todos tenemos que encontrar soluciones que no pasan por los enfrentamientos de baja estofa por parte de los representes del pueblo, que son los parlamentarios.