Otros que hacen caja en verano

Cada vez que la canícula se deja sentir con fuerza, los comerciantes se encomiendan a las “santas rebajas”, que suelen ser muy milagreiras, como la única forma de salvar sus temporadas. Pese a que oficialmente ya no hay período de saldos en este país, la realidad es que las tiendas suelen esperar a que junio dé sus últimas bocanadas para colgar los carteles de los descuentos (tal vez algún día investiguen estos esos de la Competencia, los que velan contra los lobbies). Pues, de igual modo, la DGT, cada vez que el calor aprieta, se remanga la camisa y se apresta a ver como las arcas del estado engordan a cuenta de las nutridas y nutrientes multas que imponen a los conductores. De entrada, los gallegos ya sabemos que más de doscientos radares se encargarán de que nos olvidemos de pisar el acelerador y, quienes no tengan memoria, seguro que terminan yendo al banco para evitar la mitad de la sanción por eso del pronto pago.

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