LAS MUJERES SABIHONDAS

París 1659, Moliére y su compañía de cómicos estrenan con gran éxito “Las preciosas ridículas”, farsa elaborada sobre un diálogo jocoso, cáustico y grotesco que abre el teatro francés moderno. La Coruña 2012, centro Agora, el grupo de la Escuela de Práctica Jurídica (Colegio de Abogados) versiona “Las mujeres sabihondas” bajo una concienzuda y original dirección de Antonio López Rico, donde cada movimiento, postura o gesto definen el personaje. Discreta aportación escenográfica, correcto vestuario y música esperpéntica en vivo. Sin desfigurar la realidad, sólo exagerándola, el autor galo describe la pedantería y voluptuosidad femeninas, los amantes desdeñados y los tipejos grotescos en su ignorancia académica.

Halagüeño debut, pues, de tan señalados profesionales que surcan peligroso mar donde hasta las nuevas tasas judiciales amenazan arrastrarlos al abismo. Pero si como hombres de leyes a cada uno corresponde lo suyo, recordarle al presentador –incombustible trabajador y polifacético Vicente Bellón–, que la puntualidad es la cortesía de los selectos y tampoco pueden reservarse dos primeras filas de butacas…

Maravillosas y guapas mujeres: volando a ras de tierra porque creen en sus sentimientos apasionados; elucubrando con filosofías y conceptos abstractos; imperativas y dominadoras; otra deliciosamente achacosa creyendo que todos los hombres le pertenecen y aquellas con la ingenua alegría de su carácter rústico. Constatamos sus nombres y aciertos interpretativos: Mariana Bokser, Ana Souto, Gelines Romero, Isabel Morugán, Alejandra Rodríguez y Arancha Lorenzo. Brillantes los actores José Manuel, Adrián Villar y Esteban Alonso –espléndida lectura de la bufonesca poesía, equiparable a poemas actuales– y Eduardo Pardo. Tampoco podemos echar en saco roto a Jesús Pintos encarnando con gallardía los roles de Aristo y de Vanius.

LAS MUJERES SABIHONDAS

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