A Vargas Llosa le dio por la literatura. Y con gran éxito. Pero también le gusta el fútbol. No es Manolo el del bombo, pero frecuenta –ya frecuentaba más– los palcos, sobre todo el del Bernabéu. Es madridista, no podía ser de otro equipo, y menos desde que se apuntó a la jet set . Pero no solo le va balompié como pasión, sino también las costumbres de los que golpean la pelota. O eso parece, pues Hacienda le reclama dos millones por una deuda. Ha tenido que avalar la deuda con su casa y resulta que la vivienda está a nombre de una sociedad holandesa... Cheira a paraíso fiscal. A ver si no va a poder ser candidato de Ciudadanos.