La Cumbre del Clima ha cerrado ya sus puertas con el acuerdo de mínimos de ser “mas ambiciosos” en 2020. Es decir, que el próximo año se volverá a vivir un evento similar. Greta volverá a montar su número de viaje ecológico, los artistas dirán que son muy verdes, las compañías prometerán emisión cero y los que de verdad tienen que tomar la determinación de dejar de contaminar (o por lo menos hacerlo con cierta mesura) mirarán para otro lado y seguirán haciendo lo que les da la gana. Mientras Estados Unidos, China o India no acepten recortar sus emisiones, este tipo de encuentros son poco más que un happening verde que sirve para bien poco. El año que viene ya sabemos que nos toca ser más exigentes y es de suponer que seguiremos así hasta que esto no tenga remedio.