CARLOS Callón, histórico xefe de la Mesa pola Normalización Ligüística, estuvo a punto de alcanzar la condición de cliente VIP de la farmacia de su barrio. Cada dos por tres se plantaba allí para hacer acopio de Sintrón y conseguir que su corazón volviese a latir a un ritmo saludable, ya que se desbocaba con cada una de las deturpaciones del vernáculo que perpetraban los mareantes coruñeses. Las elecciones municipales los apartaron del poder y Callón pensó que el peligro había quedado conjurado. Pero ¡qué va! Vuelve y todavía con mayor capacidad devastadora. Resulta que un informe del Instituto Galego de Estatística revela que uno de cada cuatro niños do país sabe hablar poco o nada el gallego. Ni Sintrón reforzado con tila concentrada llega para que se calme su corazón y el de varios miles de persoas da terra. FOTO: carlos callón interpreta hamlet con una cachola de cerdo | aec