TÍOS NO VIOLENTOS

Ciertamente: la no-violencia es una gran cosa, sin duda. El primer no-violento fue Cristo, y lo apiolaron como al penúltimo: Luther King. Después  Mahatma Gandhi, que así se deshizo de los británicos de la India, aunque le costó lo suyo largar a los ingleses a su house. Y luego Mandela, que pagó con 28 años de injusta prisión su esfuerzo no-violento, y lograr su objetivo.
Todo eso de la no-violencia es muy loable; pero parece lenta, y hasta peligrosa. Quizá fuera más expeditiva, y pragmática, la metodología francesa: crearon la guillotina y le dieron chollo a mansalva. Es cierto: causó revuelo y algún que otro dolor de cabeza, pero la cosa fue echando hostias. Y es que, a los gabachos, cuando usan bien la suya, con sentido común, ingenio, y algo de malicia, no hay Dios que los pare. Sin ir más lejos: inventaron el Cogñac y el Champagne. Y el día que enladrillen la Toure Eiffel, va a quedarles de carallo.

 

TÍOS NO VIOLENTOS

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