Una pájara ronda a Casillas en Oporto

Iker Casillas, aquel portero del Madrid del que se aseguraba que era un espía en el vestuario y después se descubrió que era un topo, porque con frecuencia ni veía los balones que iban hacia su portería, desarrolló una larga carrera vestido de blanco, pese a esos problemas oftalmológicos. Después llegó la prejubilación en Oporto, donde sigue cantando con frecuencia. Pero aún tiene sus fans. Por ejemplo, una gaviota que se sumó al banquete que se estaba pegando en la terraza de un restaurante y le robó unos trozos de queso... Menos mal que no fue otro tipo de pájara, porque sino aún tiene lío con Carbonero.

Una pájara ronda a Casillas en Oporto

Te puede interesar