Menudo papelón el de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela. Es difícil comprender a qué obedece su empeño en legitimar el régimen de Maduro, porque eso es lo que viene haciendo obviando a la oposición. Avalar, como ha hecho Zapatero, los comicios le aleja aún más de poder jugar un papel de mediador. Y es que una convocatoria electoral a la que no acuden los partidos de oposición por falta de garantías no es otra cosa que una farsa. Y eso es lo que ha pasado en Venezuela. Pero la pregunta es: ¿Y ahora qué? Porque Maduro se ha proclamado ganador y eso supone que se quedará al frente del país al menos hasta el 2025.
Pero la oposición no reconoce, no puede reconocer, el resultado, de manera que la situación de Venezuela continuará siendo inestable, se continuará agudizando la crisis económica, la violencia continuará siendo una constante y cualquier que alce la voz contra el régimen bolivariano ya sabe que le espera represión y cárcel. Ese es el paisaje de Venezuela al día de hoy y por lo que parece el que continuará siendo en el futuro inmediato. La comunidad internacional ha seguido con escepticismo los comicios y algunos países americanos como Argentina, Brasil, Colombia, México, Canadá, EEUU no tienen reparo en reconocer que lo sucedido ha sido eso, una farsa. Al igual que lo han hecho más de una veintena de expresidentes iberoamericanos entre los que se encuentran Felipe González y Aznar. De ahí que resulte aún más incomprensible el papel de Zapatero.
La realidad es que el régimen de Maduro no alcanza ninguno de los mínimos estándares democráticos y cada día que pasa los venezolanos sufren más las consecuencias. Hoy en Venezuela se pasa hambre, se carece de medicamentos, se persigue a los disidentes, y el país vive enfrentado. La única solución para salir del bucle es que se celebren elecciones pero con garantías democráticas. Hasta ahora todas las elecciones han sido convocadas con trampa. Me pregunto qué quedará de Venezuela cuando este país supere algún día la pesadilla del régimen bolivariano.