El ambiente fervía dentro y fuera

ERA jornada de vis a vis. Un cuarto provisto de cama y lavabo era el nidito de amor destinado a la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en la cárcel de Brieva. Pero se quedaron a dos velas. Hubo que suspender el encuentro. Los funcionarios de prisiones convocaron una concentración a la puerta de la prisión y al grito de “¡Marlaska, suelta la pasta!” denunciaron su precariedad salarial. Incluso se quejaron de la situación de semiesclavitud a la que están obligados los carceleros destinados al penal abulense donde está alojado el cuñado del rey. Vamos, que unos fervían fuera y otro en la celda VIP.

El ambiente fervía dentro y fuera

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