Coincidiendo con la puesta en marcha de la comisión parlamentaria que investigará las cuentas del PP, dos testimonios y un informe de la UCO ante el juez, dejan claro lo que para Rajoy era, primero, un ataque general al partido y, segundo, algo que no le constaba después de treinta años y un día entre el partido y el gobierno.
Y es que el juez Velasco tiene ya claro que en 2007, 2008 y 2011 los populares acudieron a las elecciones “dopados”, esto es jugando sucio, con dinero negro inyectado no en vena sino en propaganda y mítines, y un exsenador de sonoro nombre –Luis Fraga– nacido en Ferrol y representante ¿? por Guadalajara y Cuenca del partido que inventó su tío, reconociera que el PP le pagó, hasta hace unos días, una pasta gansa pese a que no tenía ninguna actividad.
¡Eso es cuidar a la familia… política, sí, señor! Y, añadió con toda rotundidad que la “caja B” era un “artilugio” imprescindible en todas las delegaciones del partido del pájaro, algo que sabían perfectamente en Génova. Otra declaración interesante la brindó el señor Oubiña al confesar que “ya en 1979 financió al partido de Fraga (AP, llamado por Forges Afabanda Popular) y que lo mismo hizo con la UCD ¿Curioso, verdad? Pues dio mucho dinero y como él, muchos.
Si “El Padrino” dio para tres películas este asunto da para una serie más larga que “Cuéntame”, y esperemos que con un final feliz para la ciudadanía. Algo así como “Todos a la cárcel…”, si es que hay cárcel para tanto chorizo. Y todo esto (que como nos dice Oubiña ya viene de 1977) en una época donde ese mismo partido metió (al tiempo que metía la mano en la caja del pan) tijeretazo a la educación, sanidad, dependencia, infraestructuras, etc., etc.
Y luego se quejan de que alguien hable de tramas. Y a todo esto sumen la vergonzante peregrinación por los juzgados donde los acusados no sabían, no le constaba ni el Jaguar del garaje ni los viajes de lujo pagados por la Gürtel, incluidos en la Púnica, dentro del espacio dedicado al pitufeo de Valencia y en otros tantos casos que hasta avergüenza recordar.
¿Comisión de investigación? Pues sí. Ya era hora. Esa batalla no la pudieron ganar gracias a la pluralidad del Parlamento, donde el Gobierno no tiene mayoría y de ahí el uso y abuso del filibusterismo, disfrazado de reglamento.