Un salario que no llega a casi nadie

pablo Iglesias salió henchido a los medios para anunciar que el Gobierno iba a aprobar el Ingreso Mínimo Vital. Se lo atribuía como un triunfo personal frente a esa rama del PSOE que creía que esa nueva ayuda iba a descabalgar las cuentas del Estado. Ahora, tras unos meses desde su puesta en marcha sabemos que eso no es así. De hecho, el Estado apenas se ha enterado, no porque no haya decenas de miles de personas que hayan solicitado ese Ingreso Mínimo Vital, sino porque la inmensa mayoría de las peticiones son denegadas. Sabíamos que se pretendía llegar con este subsidio  850.000 familias. Según las cifras del propio Ministerio, Seguridad Social ha recibido 1,2 millones de solicitudes de ayudas, de las que, hasta el momento, sólo se han aprobado 160.000. Una menudencia que demuestra la prisa con la que se redactó la ley que, ahora, la hace casi inservible.

Un salario que no llega a casi nadie

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