Ganar tiempo

Analizado en su conjunto el Gobierno promueve iniciativas que parecen más obra de un comité electoral que de un Gabinete ministerial. Se ve a la legua que el objetivo es ganar tiempo para crecer en las encuestas a la espera del mejor momento para convocar elecciones. Crecer, exagerando el perfil izquierdista del PSOE en un intento de recuperar a los votantes que se le fueron a Podemos o a la abstención. Pero ese perfil izquierdista tiene bastante de impostura. Cuando estaba en la oposición Sánchez le exigía a Rajoy que derogara la Ley de la Reforma Laboral. El PSOE apoyó a la UGT y a Comisiones Obreras en una convocatoria de huelga general. Era la piedra de toque. Pero Sánchez lleva ya noventa días en La Moncloa sin una palabra sobre aquel compromiso.
Ha preferido dar prioridad a la exhumación de los restos de Franco, un asunto que al tiempo que se convierte en un guiño a Podemos  incomoda a la nueva dirección del PP. Pero abre los telediarios y durante unos días no se habla de otra cosa en la tertulias radiofónicas. Otro tanto sucede con el anuncio de subida de impuestos. Cuando estaba en la oposición la banca y las grandes empresas tecnológicas parecían estar en su punto de mira. Sánchez predicaba la creación de un impuesto nuevo para la banca. La la tasa que grabaría sus beneficios que serviría para financiar las pensiones. De aquel anuncio se ha pasado a una vaga referencia a grabar con un impuesto las transacciones financieras y en una cantinflesca rectificación de aquel objetivo resulta que ahora el Fisco va a cebarse en los profesionales que ganan más de 10.000 euros al mes.
Rectificar parece el verbo de la casa. Hablando de rectificaciones, gloriosa, por cierto, la última protagonizada por la ministra de Industria, Reyes Maroto, quien hablaba en Santander de “globo sonda” contestando a una pregunta sobre el impuesto al diésel cuando a la misma hora y día en Madrid Sánchez anunciaba que sí, que iba en serio. Para arreglar la cosa Maroto ha dicho que “apoyaba plenamente el anuncio del presidente del Gobierno”. En mayor o menor medida todos los ministros han tenido a lo largo de estos tres meses su minuto de gloria. Todos menos la titular de Economía. Nadia Calviño está inédita. Incluso desaparecida. Estamos esperando saber qué opina sobre el olvidado impuesto a la banca o sobre el enfriamiento del ciclo económico de crecimiento.

Ganar tiempo

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