Le toca a Feijóo

Mucho le ha dado Galicia al PP y no sé si ha recibido esta tierra el trato justo. Desde su nacimiento, el partido de centro derecha encontró en los gallegos el hormigón con el que armarse para conquistar el Gobierno de la nación, recuerdo aquella Alianza Popular que obtuvo siete escaños y cuatro de ellos salieron de Galicia. A partir de ahí, todas las crisis del partido de Fraga, Aznar, Rajoy y ahora Casado encontraron en Galicia su pócima salvadora en forma de votos de los gallegos que, con fe ciega no dudaron en socorrer al partido conservador cuando este lo necesitó.
Las noticias de gallegos que se ven obligados a renunciar a su herencia por no poder pagar por aquello que ya pagaron sus padres y abuelos, aparecen cada día en los medios sin que nadie se alarme. Las respuestas se limitan a parches, algunas ampliaciones del capital por el que se ha de cotizar a la hacienda autonómica y poco más. Esto con el PP de Galicia, porque cuando se trata del PP de Madrid o de Andalucía, suprimen el impuesto de patrimonio y sucesiones con naturalidad y lo venden como un triunfo para los madrileños y andaluces. El propio Feijóo se comprometió a ello en su día en un contrato con los gallegos que publicó en toda la prensa como reclamo electoral, contrato que incumplió en base a una situación económica poco favorable que, según él, le impedía el cumplimiento de la palabra dada.
La coyuntura económica en España es la que es, también en Madrid y Andalucía, pero allí corren otra suerte y heredan gratis o, por ser precisos, con una bonificación del 99% que viene a ser lo mismo. Los argumentos de los populares madrileños o andaluces se basan en que es una medida buena para las personas y para las economías de sus comunidades y los números refuerzan sus razonamientos, pero en Galicia parecen funcionar con criterios diferentes y se resisten a liberar a los gallegos del impuesto más injusto de todos los que existen, obligando a la gente a pagar por lo que ya se pagó. La cosa se complica si analizamos las diferencias políticas entre las tres comunidades, mientras en Andalucía el PP gobierna con el apoyo de Vox y Cs, en Madrid también lo hace con apoyo de otro partido, en Galicia lo hace por mayoría absoluta y eso le facilita mantener este impuesto que ellos mismos saben injusto.
Lo malo es la conclusión que se puede sacar y que no es otra que no me deis mayoría absoluta y os saco el impuesto o, a la contra, dadme mayoría absoluta y os seguiré crujiendo. Parece un absurdo, pero es verdad, es así de claro y de inexplicable porque, además, en los tiempos que corren, las mayorías absolutas están en extinción y el próximo Gobierno de Galicia, si lo preside el PP, será en acuerdo con otros partidos que pondrán como condición la supresión de este impuesto y los populares lo bendecirán y nos explicarán las bondades de la desaparición de tal castigo injusto. Por lo tanto, señor Feijóo, no espere a que le obliguen a hacerlo, hágalo, los gallegos se lo merecen por muchas razones y no están dispuestos a convivir con este agravio comparativo con andaluces o madrileños, pero, sobre todo, por agradecimiento a todos los servicios que la tierra de Rosalía les ha prestado. Sabe usted, señor presidente, que lo que digo, pasará, no deje que pase tarde. Le toca a usted.

 

Le toca a Feijóo

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