Pablo Iglesias, cabeza visible de Podemos, la nueva organización política que ha convulsionado el país en los últimos tiempos, acuñó el término “Casta” para referirse, entre otros, a los políticos profesionales que no han tenido ni tendrían capacidad de ganarse la vida de la forma que lo hacen en la política, al margen de la política. Gentes sin experiencia profesional ni expedientes académicos especialmente brillantes, incluso algunos que iniciaron su andadura política y ocuparon cargos públicos remunerados cuando no habían desempeñado ninguna actividad laboral ni habían terminado siquiera sus estudios. Personajes que dependen única y exclusivamente de sus propios partidos políticos para sobrevivir personalmente. Miren a su alrededor, examinen el camino seguido por algunos alcaldes, presidentes de diputación, parlamentarios y unos cuantos concejales y luego reflexionen sobre los méritos que tienen para estar ahí, gestionando el dinero de todos y acumulando sueldos públicos. A eso es a lo que con tanto acierto llama Pablo Iglesias, la Casta.