No sé si es muy aventurado decir que el pescado ya está todo vendido, pero mi corazón me dice que no es así. El Deportivo ha vuelto a darnos la espalda en un momento en el que todos estábamos ya convencidos de que la permanencia en Primera, después de derrotar al Levante en Riazor y el posterior empate en Vigo, era una realidad. Pero las matemáticas, de momento, nos llevan la contraria. Consecuentemente, hay que seguir echando cuentas. Insisto en que lo normal es que sobrevivamos a una temporada que comenzó de forma espléndida y que, conforme va llegando a su fin, seguimos yéndonos por el corbatín.
La derrota ante el Las Palmas del añorado Valerón, no hizo más que corroborar la peor de las pesadillas con una primera mitad que resultó infame y que animaba a abandonar Riazor y una segunda fase donde el equipo coruñés tuvo destellos, muy pocos, que no sirvieron para sumar un nuevo triunfo. Se han vuelto a ver los defectos de siempre. Hay delanteros que en lugar de sumar, estorban. El centro del campo, totalmente desaparecido, con un Cani obtuso junto a otros compañeros al borde de la desesperación física. Y una defensa que acabó totalmente confundida y desconcertada. Dentro de este enorme galimatías, vuelvo a incidir en lo de siempre. Al Depor sigue faltándole gol. Es cierto que se crean ocasiones. No lo pongo en duda. Pero no se puede vivir de lo que pudo ser y no fue.
Decía el desaparecido Johan Cruyff que “al fútbol se juega con cerebro”. Inexplicablemente, el equipo coruñés ha perdido esa memoria que supo exhibir brillantemente en la primera fase de este curso y con la que tanto hemos babeado. No se puede depender siempre de las travesuras de Lucas Pérez para que nos saque las castañas del fuego. Tiene que haber más.
Veo al Deportivo muy cansado. Y luego, claro, me dirán que sufro alucinaciones. Sin olvidarme de Víctor Sánchez. Se duerme a la hora de realizar cambios (la tomó con Fede Cartabia) cuando las cosas no carburan.
Esta plantilla necesita aire fresco para afrontar lo que nos viene encima: viajamos a Sevilla (este domingo), Eibar y Villarreal y nos visitarán Barcelona, Getafe y Real Madrid. Menos mal que los que están por abajo nos ayudan a ser más optimistas. Y a última hora me susurran que existen varios jugadores cuyas relaciones con el técnico son muy distantes. Uffff. Que esto se acabe ya.