ay algunas cosas que me hacen sentir en la flor de mi existencia, joven a rabiar y con toda la vida por delante para comérmela. Y hay otras cosas que me echan encima (emocionalmente) más años que Matusalén. Vamos a abordar lo segundo que tiene más chicha que sacar.
Resulta que yo hay días en los que parto la ciudad de fiesta hasta la hora que haga falta, pero en otros estoy al ras de la rebequita de lana gris, las gafas apoyadas en la punta de la nariz y el vasito de leche caliente antes de dormir. Que me vuelvo una yaya, vamos. Y en días así resulta que me he aficionado a un programa de la tele sobre actuaciones/vídeos musicales que abarcan un espectro temporal desde el año de la carraca hasta nuestros días. Temazos de ayer, hoy y siempre. Acompañados de unos pies de texto absolutamente hilarantes que suelen sacar punta a las imágenes, porque en muchos casos resultan un tanto ridículas y te mueres de risa.
Ya ven qué entretenimientos más inocentes los míos. Todo esto lo comento para unirlo a lo de que yo me siento en algunos aspectos más vieja que una playa. Resulta que en varias ocasiones, por cuestión de la temática abordada en el programa que les digo, empezaron a salir cabeceras de series o programas infantiles.
La emoción hecha cuerpo mortal era yo, fíjense. En mi sofá estaba sentado un cuerpo con treinta años de degradación de la materia, pero con un corazoncito de cinco tiritando dentro. Entre el arsenal que me sacaron y el resto del que me acordaba yo... ojú, qué buen y mal rato a la vez. Porque la memoria auditiva además es algo que enraíza mucho y va directa a los sentimientos, esto es así. Vaya repaso musical le pegué yo a Heidi y Marco (y eso que de chiquilla no los veía porque me parecían unos sosos y unos aburridos con tanto drama) a la Abeja Maya, a Campeones: Oliver y Benji, a David el Gnomo, a Sherlock Holmes, a Los Mosqueperros y a la que yo creo que es una de las que más llevo en to el cora: la vuelta al mundo de Willy Fog. ¡Qué seríaza por favor! El Tico que no podía tener más arte. Que por cierto, aquello casi parecía un chiste, rollo: “entran un ingles, un francés, un español y una hindú”. La ONU era esa serie, vaya. Pues nada, les dejo porque creo me ha entrado algo en el ojo, pero si me necesitan sólo sílbenme... y ya voy.