Pasaporte

Estamos más inclinados a la lírica que a la épica, al dolce far niente que al trabajo, a empujar la reja del arado que la espada. Es el doy para que des en el contrato innominado de la solidaridad colectiva. Unos con otros tras una vida próspera y pacífica. El razonamiento del economista alemán que justificaba la existencia del ejército para que cualquier menestral pudiera ejercitar su oficio. Partiendo de esta premisa la defensa del Estado de Derecho justifica la existencia de fuerzas armadas. Está en juego la soberanía nacional y el cumplimiento de la ley. Después de todo el ejército es el pueblo en armas organizado por profesionales que sirven a la patria. No olvidemos que el deseo-la paz y prosperidad, por ejemplo-es la esencia misma del ciudadano.
Sin embargo, los tiempos cambian. Así el viejo adagio romano ‘’si vis pacem, para bellum’’ ha sido sustituido por ‘’si deseas la paz, estudia las causas de las guerras’’. Pero a despecho de la polemonogía siempre aparecen díscolos que sí permitieron enormes enseñas en la fachada del Palacio Municipal, ahora lo han negado sin conceder un enchufe para los servicios de megafonía y una sala del Consistorio para disponer las banderas durante la Jura de Bandera para personal civil celebrada en nuestra ciudad el pasado sábado.
Gracias a Dios todavía quedamos muchos que creemos en nuestras instituciones y nos conmueven tales ceremonias de lealtad a las FFA. Frente el despacho de los antisistema avanzamos al futuro defendiendo la indisoluble unidad de España, de todas sus criaturas y de todas sus tierras. No queremos convertirnos en estatua de sal que nos palidece, sino caminar con un original pasaporte hacia mañana, certificado con sello de lacre y firmado por el General de la Fuerza Logística Operativa. El viejo zorro Churchill lo confirma: ‘’si abrimos una disputa entre pasado y presente, encontraremos que hemos perdido el futuro’’.

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