oy hablaré del silencio que rodea al Partido Popular después de la debacle sufrida en las elecciones generales y municipales, en las que no se escuchó ninguna voz sobre los malos resultados obtenidos. En un partido que se precie de su postulado político y sobre todo de cara a sus electores y simpatizantes, se echa de menos una declaración acerca de lo acontecido en las generales, en las que perdió más de la mitad de los diputados que tenía. Pasó de 137 a 68 sin que nadie hiciese un acto de culpabilidad o de exoneración por tan mal resultado. No digamos ya en las municipales, en las que el partido se vio arrastrado por la sinergia del descalabro nacional. Tampoco se salvaron los muebles en las autonómicas allí en donde se convocaron.
Cabe pensar en el escaso carisma y la poca relevancia de la presidencia del partido. Casado no despierta a las masas y su silencio es llamativo, mucho más que sus declaraciones. Ya ha pasado un tiempo prudencial desde las generales, en las que los socialistas, pese a todo, remontaron el vuelo desde los 85 diputados hasta los123. No tienen mayoría para gobernar y encima Podemos le exige un canon por su hipotético apoyo, una quimera, dentro de una realidad virtual. Mientras, los populares, pasaron de 137 a 68 actuales, ¿cuál es el motivo? Quizás Casado no despierta muchas simpatías entre los votantes, pero una cosa es la militancia y otra diferente los simpatizantes y votantes
De modo que si a estas alturas el presidente popular no hizo declaración alguna sobre el descalabro en las urnas, es natural que no lo vaya hacer ahora. Más bien reina el silencio, tanto que preocupa a los electores. Quizás, la duda del famoso master en el que se vio envuelto y la poca aclaración del interesado en hacer las cosas bien y solo apoyarse en el hecho de que estaba todo fuera de plazo y, por tanto, no era de intervención judicial, esa duda quedó latente en el electorado y quizás haya pasado ahora una costosa factura al partido, además de no contar con la suficiente experiencia para tan altas cotas de poder.
El Partido Popular es un conglomerado de siglas internas. Carisma tenían otros líderes que lograron dos mayorías absolutas incontestables. Otra cosa es que no se supo que hacer con esa mayoría para poner el país a andar como deseaban los españoles. Lo mismo aconteció con los socialistas. En una palabra, las mayorías no son recomendables, pero las minorías que no se quieren entender tampoco. Por tanto, los políticos por la carrera presidencial tendrán que ir a una segunda vuelta, si no son capaces de entenderse.
En caso de una hipotética convocatoria de elecciones generales para el otoño, ningún partido obtendrá mayoría alguna. Quizás algún trasvase de votos de unas siglas a otras, pero la abstención será llamativa. Los populares tienen que ponerse las pilas y comenzar a moverse. Su silencio llama poderosamente la atención y su resultado en las urnas no será mucho mejor del obtenido en las última cita con las urnas. Quizás pueden alcanzar los 80-85 diputados. Hay silencios que matan.