ACCIDENTES Y SEGURIDAD

Llevo muchos años colaborando de diferentes formas con el mundo del automovilismo en Galicia. Una de las quejas que más veces he escuchado repetida en este tiempo es que siempre son ignorados por los medios de comunicación, hasta que se produce un accidente. Por desgracia los rallyes se han vuelto a convertir este fin de semana en el foco de atención por la desafortunada catástrofe sucedida el sábado en el Rallye de A Coruña y que le ha costado la vida a siete espectadores además de una decena de heridos. Una noticia de las que le ponen a uno los pelos de punta y que reabre una vez más la discusión sobre la seguridad en las carreras. Un encendido debate con opiniones de todo tipo. Pero lo único cierto en todo esto es que lo sucedido el sábado en ese tramo de Carral debe ser bien investigado. Y tiene que saberse y esclarecerse adecuadamente lo ocurrido por el bien del automovilismo y de los rallyes. En los últimos años se han ido implantando diferentes protocolos y medidas encaminadas todas ellas siempre a garantizar la seguridad del público. Por eso es muy importante saber si en el rallye de este fin de semana estos protocolos se aplicaron correctamente. Si el público no estaba bien colocado el organizador no debe dudar a la hora de anular un tramo. Algo que muchas veces se ve como un fallo y que no es más que un acierto. Y si los aficionados estaban bien emplazados habrá que revisar todas estas medidas porque algo ha fallado. Pero antes de emitir un juicio de valor debemos esperar los resultados de esa investigación. Sea como fuere, lo que sobran son esas voces que claman por la prohibición de los rallyes. Gente que desconoce esta hermosa disciplina, que ahora se ve enturbiada por este trágico accidente, son los primeros atrevidos que piensan que de no dejarse correr no se producirían estos sucesos. Una solución tan extrema como prohibir la aviación después de que se estrelle un vuelo o no dejar a los ciclistas usar las vías de circulación luego de un atropello. La prohibición no es nunca una solución. Lo que sí hay que hacer es esclarecer lo sucedido y aprender para hacer de este mundo de los rallyes un lugar más seguro. Participantes, organizadores y público todos juntos deben trabajar para conseguir que podamos seguir disfrutando con todo lo bueno que tienen que ofrecer las carreras, que es mucho.
 

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