En ocasiones soy crítico con nuestra jerarquía episcopal porque creo que es mi responsabilidad como cristiano y miembro de esta comunidad, aunque a bastantes no les gusta mi opinión, que lo puedo entender, aunque entiendo menos que no les guste la discrepancia.
No les gusta la crítica y pienso que es más porque no están acostumbrados a ella que a los propios desacuerdos. Y lo anticipo porque hoy no voy a criticar, al contrario. He de reconocer que la Diócesis ha empezado el curso con mucho ánimo e importante ritmo de actividad y ello es de agradecer y a esperar que, ojalá, no sea flor de un día.
Es importante tomar iniciativas, enseñar lo que hay y se hace; tener presencia buscando la incardinación en la sociedad diocesana, que buena falta hace. Entre la presentación del informe Foessa, las charlas con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente; el encuentro diocesano de Migrantes y Refugiados en Mondoñedo y otras actividades, parece que la Diócesis quiere quitarse de encima ciertas mecánicas o costumbres que solo trasmiten pobreza de espíritu y falta de vida. Me alegro porque estoy convencido que es el camino de algo distinto, quizás el de la tan manida “nueva evangelización”, que cada día tengo más claro que no sé que es.
Solo recordar que en todos los manuales de revitalización dice que estas cosas han de ir acompañadas de más acciones que imagino estarán recogidas en algún cuaderno de bitácora que desconocemos; porque si no es así, de nada sirven. Pues, ánimo.
Por otro lado, y cambiando de escenario, ha empezado el Sínodo para la Amazonia. Cuando se convocó, creó enormes expectativas y no menos controversias que en mi opinión, desde este rinconcito del mundo, continuarán en los debates y conclusiones en los que habrá duras discrepancias dentro y fuera de la Iglesia Católica.
La economía, la política, las ONG’s se van a retratar (como se dice ahora) e igual ocurrirá en la Iglesia Católica. Tal crisis la provocará las dos formas de ver el mundo y la Religión: la del hemisferio sur y la norteña. Dos maneras de sentir el Cristianismo. Quizás haga falta.