¿De quién es el PSOE?

Araíz de la crisis del PSOE ha surgido una pregunta crucial: ¿De quién es el PSOE? ¿Pertenece en exclusiva a sus militantes? ¿Es también de sus votantes? Susana Díaz afirmó que el PSOE era también de sus votantes y no puedo estar más de acuerdo. Es más, el PSOE sin sus votantes no es nada. Cuando alguien aspira a liderar un partido debería pensar no solo en sus militantes sino en sus votantes a la hora de tomar decisiones. Es decir, se trata de representar a un buen número de ciudadanos, aunque no tengan carné de militancia, o representar en exclusiva a los doscientos mil que sí que lo tienen.
Conjugar ambas cosas no siempre es fácil porque a veces el sentir de la militancia no es el sentir mayoritario de los votantes. Supongamos que a Pedro Sánchez le secunda la mayoría de la militancia, el problema es que los votantes no han estado en la misma línea, no han confiado en él, lo que ha supuesto que elección tras elección los resultados hayan ido cayendo en picado. 
La cuestión es que un líder político tiene que pensar no solo en sus militantes sino en todos los ciudadanos. Si lo hace puede que estos confíen en él y depositen su voto en las urnas para que pueda gobernar, pero si se dedica solo a buscar el aplauso fácil y dárselas de héroe, condenará a su partido a la irrelevancia y será solo un líder para los suyos, sin capacidad para cambiar la sociedad. Ese es el dilema al que se van a enfrentar los socialistas El dilema está servido: decidir pensando en los votantes y en los ciudadanos o decidir pensando exclusivamente en sus militantes. 

¿De quién es el PSOE?

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