La mala suerte de los alérgicos

malas noticias para los alérgicos. Como si no tuvieran suficiente con sentirse atacados por lo que los rodea, ya sea un cacahuete, un medicamento o una avispa, ahora resulta que no pueden ponerse la vacuna del coronavirus. Al menos, no la de Pfizer. Es la cruz de la moneda, que se ha conocido después de una jornada de celebración y esperanza en la que todo eran sonrisas debajo de las mascarillas. El Reino Unido ha informado de que poco después de recibir la primera de las dos dosis, dos sanitarios sufrieron síntomas de un shock anafiláctico, por lo que pide a toda la población con un historial de reacciones alérgicas significativas –no solo lagrimear en primavera– que no se vacune. Ya sabemos a quiénes les toca mantener las precauciones hasta que la pandemia esté erradicada mientras le rezan a los científicos por una alternativa apta para todos los públicos.

La mala suerte de los alérgicos

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