SI a quien se viste de mercadillo ya no le gusta cambiar su ropa por el mono carcelario, menos aún a quien está acostumbrado a las camisas de seda y los trajes italianos. Los cinco exdirectivos de Novacaixagalicia, con Julio Fernández Gayoso a la cabeza, que se concedieron unas indemnizaciones por prejubilación de 22 millones de euros, estuvieron en un tris de disfrazarse de presos, pero al ser condenados a solo dos años de reclusión se libran de hacerlo. Ahora, eso sí, la mancha en su hoja de servicios no se borra ni con ácido sulfúrico.