CAROLINA Bescansa, la burguesa compostelana a la que le dio por pintar de aburrido morado una vida que iba a estar llena de colores vivos, no levanta cabeza. La purga que se desencadenó tras Vistalegre II se la llevó por delante, pese a que en vísperas del cumio, viendo lo que podía pasarle, se había alineado con Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias. Pero debe de ser un poco rebelde de más y el superhombre morado le ha recordado que él es quien manda con una decisión drástica: la ha apartado de la comisión Constitucional del Congreso y le ha dado el puesto a... Irene Montero. Donde hubo fuego, cenizas quedan. FOTO: carolina bescansa | aec