Todo queda en la familia

EL todopoderoso Caballero, don Abel, pasó olímpicamente de las primarias del PSdeG, o, al menos, eso juró y perjuró un montón de veces. El escrutinio de la votación dio el triunfo a su sobrino Gonzalo y entonces el alcalde de Vigo se enteró de que sus compañeros de partido habían elegido a un nuevo secretario xeral y los felicitó “por motivos afectivos”. ¡Qué buenas maneras debieron enseñarle en la casa petrucial de Ponteareas!, porque afecto, lo que es afecto, no hay mucho entre el tío y el sobrinísimo. Pero es que el regidor debía de estar feliz por los resultados, pues dejaron claro que en Vigo manda quien manda; fue la única ciudad en la que ganó Juan Díaz Villoslada; lo hizo solo por cuarenta votos, pero los suficientes para que el nuevo líder la franquicia enxebre del PSOE se dé cuenta de que allí se hace lo que dice su tío. En el resto de Galicia mandará el nuevo valor de la familia, pero junto al puente de Rande la veteranía sigue siendo un grado. A lo mejor, con el paso del tiempo el sobrinísimo llega a alcalde, pero por ahora aún tiene que tomar mucho Cola Cao.

Todo queda en la familia

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