El túnel del Parrote

Cuando una obra tarda en finalizarse se suele comentar que “dura más que la del Escorial”. No es sin razón, en este caso la obra urbanística de la Marina lleva camino de durar toda la legislatura entre dimes y diretes; no se ponen de acuerdo entre la Autoridad Portuaria y Ayuntamiento sobre lo que hay que hacer con la misma. Los reproches y culpas son mutuas con el correspondiente enfado de ambos.
Hace algunos meses el alcalde comentó que no había fecha para la apertura del túnel del Parrote, ya que se comprobaría que las obras a recibir estarían en condiciones de revertir al municipio con el menor costo posible para el erario municipal. Puede pasar mucho tiempo, tanto como el que resta de legislatura y no dar cuenta de ello. Eso servirá para el Ayuntamiento como único responsable según el convenio suscrito en unos terrenos que no son suyos, pero que se comprometió a realizar una costosa obra que la Marea por lógica tenía la obligación de finalizar.
El Gobierno local en contra de la idea de Ferreiro, de no asumir cosas que no le correspondan que ya de por sí están asumidas desde el inicio de la propia obra, da vueltas a ninguna parte. La obra en cuestión la financia el Ayuntamiento en un porcentaje elevado y cuando más tiempo y cuantas mejoras se añadan, el costo será mayor. Las filtraciones de agua están ahí y lo seguirán estando debido a la cercanía del mar sobre un terreno que se ganó al propio océano.
Por tanto no queda otra que colocar buenas bombas de achique y un mejor reforzamiento del aislante que reviste el túnel para mitigar esas filtraciones, sino tendremos en lugar de un túnel una piscina olímpica cubierta, pero con mezcla de agua del mar y residuos urbanos, obra que aprobó el propio Concello y ahora cuesta acabarla sin saber qué se va hacer en su superficie. Si ya no se supo qué hacer con la explanada del Parrote y quedó como quedó, un desastre, la continuación de dicha explanada hacia la Marina, corre el mismo destino de ser una solana veraniega y un paseo impracticable en el invierno.
Por tanto, la Alcaldía debiera poner todo de su parte para humanizar esta inmensa explanada y organizar de forma urgente el tráfico en superficie, corrigiendo errores y ampliando las zonas verdes y sobre todo retirar las vallas que separan ambos tramos y colocar unos pasos de peatones seguros para el viandante con iluminación y el conductor tener más elementos de seguridad a su alcance por el bien de todos.

El túnel del Parrote

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