Cincuenta kilos de langostinos para camelar a Merkel

 

FRANCO se alojaba en el palacios de las Marismillas cuando iba a cazar al parque nacional de Doñana. Felipe González le dio un uso más civilizado y allí mantuvo reuniones con un buen número de líderes extranjeros. Pedro “La sonrisa” Sánchez lo utiliza para pegarse unos atracones pantagruélicos. No tiene pinta de ser de mucho comer, pero también en eso debe de engañar, porque el día que se reunió con Angela Merkel pidió a un restaurante cincuenta kilos de langostinos, que ya son langostinos. Y además de Sanlúcar de Barrameda, que tienen tanta fama como los percebes de O Roncudo. La canciller debió quedar satisfecha con tan generoso anfitrión. Menuda cantidad y menuda calidad la del género que le plantó en la mesa. Eso sí, la juerga la pagaron a escote todos los españoles.

 

Cincuenta kilos de langostinos para camelar a Merkel

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