Agosto convulso, septiembre incierto

Quién iba a pensar que el simpático mes de agosto, propicio para pasmar, lecturas novelescas, poesía, conversaciones banales o el reencuentro familiar, nos depararía semejante suerte de acontecimientos que convulsionaron la armonía veraniega. Situaciones muy diversas, de las que para nosotros la más dura fue el múltiple acto terrorista del 17-A en Cataluña. 
En el ámbito internacional, un nuevo capítulo Trump, esta vez indultando al sheriff racista de Arizona, que perseguía a posibles inmigrantes indocumentados basándose en el color de su piel. A la vez, este y el Líder Supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, protagonizando una escalada verbal y militar que cualquiera sabe hasta dónde pueden llegar estos dos bellacos. En Venezuela, el esperpento político de la constitución de una Asamblea Constituyente que socava todavía más la democracia, aunque no esperábamos las desafortunadas declaraciones de equidistancia con el régimen bolivarista del portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, desautorizadas por el propio partido.   
No todo fueron malas noticias en el marco mundial. En Colombia, las FARC ponen fin a su actividad guerrillera integrándose definitivamente a la vida política del país sudamericano. En la esfera doméstica, la huelga del Prat protagonizó el colapso del aeropuerto que nos debe hacer reflexionar en la privatización de servicios públicos, en este caso los de seguridad. Hasta en Galicia tuvimos un culebrón por el encargo de la gestión del Pazo de Meirás por la familia del dictador a la Fundación Franco, para más gloria de su “obra”. Seríamos unos ingenuos si creyéramos que su parentela haría otra cosa. Por lo tanto, no se debería dudar en iniciar los trámites para quitar el inmueble de las manos del linaje franquista.
Pasado el mes de la siega empieza un septiembre de retos. Centrándonos en España, además del sempiterno problema del paro, estaremos inmersos en el desenlace catalán. 
A la hora de escribir este artículo, el desafío antidemocrático de Junts pel Sí y la CUP se acaba de iniciar con la tramitación exprés de la ley del referéndum de independencia y el apoyo de la Presidenta de la Cámara, la decidida oposición de los grupos parlamentarios de Ciudadanos, PSC y PP, el secretario general del Parlament, el presidente del Consejo de Garantías Estatutarias o las asociaciones profesionales de juristas. Además, PSOE y Ciudadanos han dado su apoyo al Gobierno de Rajoy para que tome las medidas necesarias para impedir la vulneración del sistema democrático en Cataluña. No sé cómo acabará esto pero sí creo que debe abrirse el debate político en el Parlamento para actualizar la organización territorial del Estado y la financiación autonómica. Nos va en ello la convivencia.
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Agosto convulso, septiembre incierto

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