Tanto el PSdeG-PSOE como el BNG recurrieron ayer a lo obvio para reclamar una vuelta atrás en la decisión de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, que autorizó el suministro de fuel a buques fondeados en la ría local. Lo obvio equivale a lo evidente, que no es otra cosa que el hecho de que, mientras el Gobierno central descalifica esta práctica en Gibraltar –en el marco de la diatriba política que estos días alimenta el discurso con Londres– en Galicia sucede todo lo contrario. Lejos de amainar la polémica tras el compromiso del ente que preside José Manuel Vilariño de que el repostaje no se llevará a cabo en la ría de Ares, el rechazo se acrecienta teniendo en cuenta la suma de otras formaciones. Solo falta AGE por pronunciarse, al menos en lo que a Anova respecta, porque su socio, EU, ya lo ha hecho. Falta ahora la respuesta de la Xunta.