SI uno se toma la molestia de buscar en un diccionario más o menos actualizado la definición de troll en las redes sociales, seguro que se encuentra con una fotografía del nuevo presidente norteamericano. Y es que, según ha confesado él mismo, lo primero que hace Donald Trump al levantarse, antes incluso de tomarse un café, es soltar un poco de inquina a través de Twitter. Su última ocurrencia ha sido la de acusar a Barak Obama de pinchar su teléfono antes de las elecciones. Lo mejor de todo (o, en realidad, lo peor) es que semejante afirmación la realiza el rubio mandamás planetario sin presentar ni una sola prueba que demuestre una acusación tan grave. La verdad es que, según van pasando los días, cada vez son más los que comienzan a ignorar al macarra que ocupa ahora la Casa Blanca.