Dos viñetas de Forges

Muchos días al leer los periódicos busco refugio en los dibujos de los humoristas que suelen ver la actualidad de forma más relajada que los sesudos editoriales. Su fina ironía, su sátira mordaz e incluso su visión resignada de los hechos arrancan siempre una sonrisa cómplice al lector.   

Hoy traigo a este comentario dos viñetas de Forges. Primero, como homenaje al maestro del humor que se fue hace un año y, segundo, porque ambas conservan toda su vigencia para ilustrar la falta de ideas de los líderes políticos en sus refriegas dialécticas, sectarias y maleducadas, tanto en el Congreso como en los mítines de fin de semana. 

La primera fue publicada cuando arreciaba la corrupción, no se veía la salida de la crisis, reinaba la crispación y los ciudadanos estábamos deprimidos. Entonces el genio de Forges se encarnó en un personaje que, abrumado por tantos problemas, entra en una farmacia y se dirige al farmacéutico suplicando: “Buenos días, ¿tienen alguna vacuna contra esto en general?”. El boticario, que también estaba sobrepasado por los acontecimientos, le aconseja lacónicamente: “Huya”. 

La escena “explicaba” la realidad de aquel día de 2014, pero la angustia del personaje y la leyenda cobran actualidad y sentido cinco años después. El protagonista que dialoga con el farmacéutico es como el “alter ego” en el que nos sentimos representados muchos ciudadanos que ahora mismo, abochornados por el bajo nivel de la mayoría de los líderes políticos, desearíamos huir. Ellos están en celo electoral y pierden el control verbal enfangados en un “duelo a garrotazos” plagado de insultos y exabruptos, de descalificaciones y e intolerancias. 

Ni una sola idea para la gobernanza del país. ¿La desaceleración económica, el paro que rebrota, el pacto educativo, las pensiones que peligran y otros problemas? De eso no se ocupan, ellos solo buscan machacar al contrario con expresiones groseras que también son un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Con este panorama, cobra actualidad la segunda viñeta, también atemporal. Forges dibuja a un personaje moralmente hundido que entra en una comisaría diciendo: “Buenas, vengo a entregarme”. Cuando el comisario le pregunta “De qué se acusa”, el ciudadano contesta muy arrepentido: “De votarles”. 

Ese es nuestro delito, votarles. Pero el modelo democrático es así y estos son los dirigentes políticos que tenemos, que en el 80 aniversario de la muerte de Machado resucitan las dos Españas y pervierten la propia democracia. Lamentable y muy triste.

Dos viñetas de Forges

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